No cabe la menor duda de que, aprendemos mucho de
nuestros padres, y ahora, en su vejez aún nos siguen enseñando, no solamente
por lo que nos pueda aportar por su experiencia, sino que, debido a sus
vivencias, nosotros podemos fabricar las nuestras, pero mejoradas. Nos sirven
de referencia para lo bueno y para lo malo. Muchas veces decimos “quiero ser
como ellos en tal o cual aspecto” y sin embargo en otras cuestiones, piensas “espero
no hacer nunca lo que hacen ellos”. En cualquiera de las circunstancias son un
campo abierto de enseñanzas.
Aún con mi edad, que ya peino algunas canas, pienso en mi
futuro, me gustaría tener calidad de vida, cuerpo y mente sana porque creo, que
no va a aparecer por ciencia infusa dentro de veinte años, es algo que se debo
de ir creando día a día. Nunca he sido metódica ni he tenido esa disciplina
necesaria algunas veces, para algunas cosas, cosa que me hubiera venido muy
bien, pero ahora debo de tener por lo menos constancia y cumplir las metas que
yo misma me he “impuesto”.
Tengo una tía mayor, con ochenta y tantos años, que sufre
dolores de espalda muy intenso, ella desde joven andaba muy deprisa y con la
cabeza agachada, como mirando hacía el suelo. Cosía ropa de caballero en casa y
tenía que ir a entregarla, y claro, llevaba el cargo de ama de casa con lo que
ello conlleva, sus hijas, la comida, la casa, su trabajo adicional; lo ciento
es que iba a hacer la entrega siempre deprisa y con ese andar, un poco encorvada
y con cabeza baja. Hoy día, está mucho más encorvada y con ese dolor que no la
deja vivir. Cuento esto, porque su hija, que no tiene por supuesto el rol que
tenía su madre, pero si sus genes, tiene la misma manera de caminar que la
madre y yo pienso: ¿no puede corregir desde ahora esa costumbre, para no tener
que llegar a padecer el dolor que sufre hoy su madre? Ese es un reflejo del
aprendizaje al que me refiero, podemos corregir muchas cosas que nuestros
padres nos están enseñando “in situ”.
Yo seguiré con los ojos bien abiertos y seleccionando
bien las enseñanzas que quiero aprender y las que me gustaría desechar.
Ana Chaceta
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