viernes, 22 de diciembre de 2017

¡Dame paciencia, Señor!


¿Cuánta paciencia hay que tener? Es como estar con una niña caprichosa que se tiene que salir con la suya siempre. Ayer estaba medio enfadada, porque Milagros (su segunda cuidadora, yo soy la primera), viene cada tarde para salir a pasear e ir al club social con ella hasta las nueve de la noche más o menos y siempre viene con unos chalecos de invierno, de estos acolchados muy monos y los tiene en rojo, beige, azul y uno estampado también en azul muy bonito. Pues yo le había comprado a mi madre uno negro, porque no tenía ninguno y era el color más apropiado viendo su vestuario, y al principio le encantó, pero cuando Milagros empezó a traer chalecos de diferentes colores, pues ahora ya no quiere el negro, ahora quiere que le compre -pero ya- uno de color, porque a ella nunca le gusto el color negro, etc. etc. Antes estaba mirando los números de lotería para ver si le había tocado algo para comprarse el chaleco, o que le iba a pedir prestado el dinero a Milagros, sinceramente, es como una niña muy malcriada.
Ya su falta de memoria es muy aguda, así que por más que le explique las cosas, por más que intente hacerle entender alguna cosa, no hay manera. La veo limpiando el baño con la escobilla (la pobre es que quiere sentirse útil y en su intento hace las cosas a su gusto, que no es el mío), le digo: “mamá, deja que el baño yo lo limpio, que tengo que darle con lejía”. Pues otro enfado, que si ella no hubiese limpiado nunca…, total, que fue a por la lejía y se puso a limpiarlo. ¡Santa paciencia, no me abandones! No quiere parecer en ningún momento que ella no colabora, ella quiere hacer más que yo, y es imposible de esa manera tener un control de mi casa, porque si ella te ha colocado algo de alguna manera, yo no lo puedo rectificar, si es que quiero tener la fiesta en paz. Acabo de decirle que voy a limpiar el piso y me dice: “no, hoy no lo limpie, límpialo mañana. ¿? ¿Y si quiero hacerlo hoy y no mañana? Pues nada, aprovecharé que se la lleve Milagros esta tarde y ahí repasaré el baño, limpiaré el piso y llamaré a algún amigo o amiga para tomarme una copa y respirar un poco de aire de libertad.

Ana Chaceta

No hay comentarios:

Publicar un comentario

EN SU LINEA

Hace más de dos meses que no escribo nada sobre mi madre, y no es precisamente porque no haya ocurrido cosas, que pasar han pasado, p...